Primero tenemos que extraer los clavos para evitar más adelante manchas de óxidos. Los tacos intentaremos también extraerlos, pero si no es posible o es complicado, los hundiremos aún más en la pared. Si cuesta hundirlo, recortaremos con la punta de un cutter. Ahora procederemos a tapar el agujero y a disimularlo. Los llenaremos de masilla gracias a una espátula y dejaremos que se seque. Si pasado el tiempo de secado se ha hundido, procederemos a volver a tapar con masilla. Para dar el acabado final, lijaremos con papel de lija muy fino. El día que se proceda a pintar toda la habitación, quedará completamente disimulado.